La tecnología nos abre más puertas de las que nos cierra, se ha vuelto una herramienta de oportunidades; él quien la usa es eficiente, efectivo, económico y se aumenta puntos al pensamiento crítico, pero cuando nos cierra las puertas, se vuelve en esa herramienta de uso inadecuado y segadora, si el sujeto que está utilizando mal esta herramienta en la -realidad- en la que vivimos, definitivamente no está sacándole el mayor fruto y potencial que ofrece este hecho social, el esfuerzo por utilizar la tecnología para quebrantar derechos humanos es un mal uso de la herramienta, al igual que las culturas sesgadas que dicen -que las tecnologías no ayudan, sino que antes, les retrasan sus hábitos y prácticas -.
De hecho digo que cada influencia o tendencia tecnológica que aparece, es vista como una “caja negra” -como lo define Latour- y es que en Colombia es un “… país que se encuentra sectorizado geográficamente…”, se encuentra en una batalla por la intervención de tecnologías, comenzando con el que 50% de los hogares no cuentan con conexión a internet y solo el 38% de las personas no usa la red de redes, en un estudio de la universidad del rosario en el centro de estudios de telecomunicaciones de américa latina, “… y por esto es que resulta complejo que las facilidades de lo digital lleguen a todas las regiones.” dicé Valeria Gautier, directora del departamento de matemáticas aplicadas y ciencias de la computación. Por lo tanto, cuando se ingresa a una comunidad nueva tecnología, como internet u otra infraestructura -espacios virtuales- , estos usuarios se quedarán sorprendidos de la complejidad del humano lejos de la naturaleza, aislado en una pequeña cámara de acceso libre a datos infinitos.
Sin embargo, aunque la geografía de colombia sea tan compleja, es muy acertado de que las tecnologías avancen tan rápido y preciso que estas mismas faciliten el desarrollo de su infraestructura, la evolución de la conexión tardía y sin olvidarnos de la -falta de interés- del usuario, no obstante se tiene que enseñar el buen uso de estas tendencias -porque se están utilizando a medias las tecnologías, sin sacar el máximo provecho de ello-, sintiendo también un etnocentrismo virtual y al igual que la preocupación del “… entorno a su uso y apropiación, limitando con ello la posibilidad de establecer una relación mucho más profunda entre sociedad, tecnología y comunicación.” Edgar Gómez en -El ciberespacio ha muerto: autopsia desde la sociología- pero los usuarios de hoy en Colombia han establecido esa relación tan profunda que el uso y apropiación ya no es algo técnico no recurrente, se transformó en institucionalmente recurrente. Los usuarios más activos con la tecnología se consideran -influenciadores- contextualizando la ubicación geopolítica de colombia, donde cada uno de estos individuos utiliza la tecnología de manera influenciable socialmente. No obstante, es considerable hacerse la pregunta; ¿En realidad, en Colombia se usa bien esta Tecnología del Ciberespacio?, ¿Acaso esta herramienta no estará controlada por grandes compañías que tratan de gobernar un espacio libre y sin ataduras?.